Un equipo de astrónomos ha encontrado evidencia de que el Universo podría haber ido generando de forma progresiva una tendencia hacia el calentamiento global desde edades tempranas. Para llegar a tales conclusiones, midieron la temperatura del gas intergaláctico y encontraron una clara indicación de que ésta se había ido incrementando progresivamente a partir del momento en el que la edad del universo alcanzó el 10% al 25% de su edad actual.
Este calentamiento global de origen cósmico tiene su causa probable en la enorme cantidad de energía procedente de la formación de las galaxias más jóvenes y activas.
Los investigadores han publicado los resultados de su investigación en un suplemento mensual de la Royal Astronomical Society.
El equipo, que lidera el astrofísico George Becker de la Universidad de Cambridge, ha sido capaz de medir la temperatura del plasma intergaláctico usando la luz de los objetos más distantes como los agujeros negros y otras acumulaciones masivas de energía.
De esta forma, el gas que se extiende entre nosotros y esos eventos añade una sucesión de marcas desde esos objetos extremadamente brillantes que permite medir la temperatura por tramos.
Según Becker , son precisamente esos tramos los que permiten determinar la temperatura, en la medida en que bloquean parcialmente la luz subyacente del fondo, es decir, la que proviene precisamente de los eventos luminosos más distantes. De esta forma podemos inferir muchas de las propiedades del plasma tales como dónde se ubica físicamente, cuál es su composición o calcular su temperatura.
El evento de luz analizado por el equipo de Becker, tenía más de diez mil millones de años de antigüedad, en el momento que alcanzó la Tierra, por lo que ha viajado a través de enormes tramos del universo. Cada nube de gas intergaláctico atravesada por éste en su trayecto, dejó su propia marca, de manera que el efecto acumulado puede medirse como una especie de registro o “marca fósil” en cada etapa de la edad del Universo.
El siguiente diagrama muestra las marcas fósiles tomadas y su detalle cronológico:
Cada quásar, contiene información relevante para medir la historia climatológica del universo, y podemos concluir que siguiendo las marcas descritas la temperatura, 1000 millones de años tras el Big Bang era de 8.000 grados Celsius en nuestro Cluster estelar y desde hace 3.500 millones de años hasta nuestros días, la temperatura del Gas intergaláctico ha pasado a ser de 13.000 grados Celsius.
La clave está en el análisis de la información de los eventos supermasivos como los quásares. El análisis de estas marcas nos permitirá entender los ciclos de expansión y contracción, así como el papel de Helio, que juega un “rol” fundamental en el proceso de calentamiento cósmico.
La hipótesis de Becker es que la Luz Ultravioleta es la que genera la liberación de los electrones del átomo de helio de manera que produce la colisión de éstos calentando el gas.
El descubrimiento del equipo de Becker ha sido posible gracias a los datos tomados por el sistema de telescopios de Hawai junto con un sistema avanzado de simulación en un superordenador de la Universidad de Cambridge. Junto con Becker y Haehnelt, el equipo incluye a James Bolton de la Universidad de Melbourne y Wallace Sargent del Instituto de Tecnología de California.
Documentación adicional y referencias.
2.-El estudio completo de Becker y su Equipo de Cambridge: ”Detection of Extended He II Reionization in the Temperature Evolution of the Intergalactic Medium”, Monthly Notices of the Royal Astronomical Society, Becker G. D., Bolton J. S., Haehnelt G. M., Sargent W. L. W., http://arxiv.org/abs/1008.2622
informo: StarViewerTeam International 2010.
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