A pesar de la reducción en unos US$ 250 mil en su financiación, el Gran Colisionador de Hadrones (LHC) o "Máquina de Dios", como se la conoce popularmente, seguirá aumentando la intensidad de los haces de energía que usa para sus experimentos. Según explicó el científico Roger Bailey, uno de los responsables del LHC, los haces de energía llegarán a los 16,5 TeV para el 2035, casi cinco veces la potencia que se usa actualmente.
El científico Roger Bailey, uno de los responsables de los experimentos que se llevan a cabo en el Gran Colisionador de Hadrones (LHC), divulgó los planes de desarrollo de ese acelerador de partículas más grande del mundo.
Bailey intervino en el simposio dedicado a los colisionadores de hadrones en Toronto (Hadron Collider Physics Symposium 2010) y habló de los planes de desarrollo hasta 2035. Los planes inmediatos ya fueron anunciados anteriormente y siguen invariables.
Hasta el fin de 2011, el Gran Colisionador de Hadrones llevará la energía de los haces hasta los 3,5 teraelectronvoltios (TeV). Después los experimentos serán interrumpidos por un año y los científicos prepararán el acelerador para energías de hasta 7 TeV.
En 2016 los trabajos serán interrumpidos nuevamente para modernizar los aceleradores preliminares y los detectores. El colisionador permanecerá inoperativo hasta 2020 después de lo cual trabajará con haces de partículas de alta intensidad.
Luego, la instalación será modernizada para que pueda funcionar hasta 2030 en régimen de alta luminosidad (cuanto mayor sea la luminosidad, mayor será la frecuencia de las colisiones entre las partículas de los haces que circulan en sentido contrario).
Por fin, hacia 2035 está previsto volver a modernizar el Gran Colisionador de Hadrones para que pueda llevar la energía de los haces hasta los 16,5 TeV.
Pero poder cumplir esos planes se necesitan suficientes recursos financieros. No hace mucho se informó que el presupuesto del Centro Europeo para la Investigación Nuclear (CERN), organismo que patrocina los experimentos, será reducido en US$ 250.000 hasta 2015. Pero también se ha comentado que ese recorte no afectará directamente al Gran Colisionador de Hadrones.
El LHC -siglas en inglés usadas para hablar del Colisionador- se encuentra en Ginebra, en la frontera entre Francia y Suiza y es una de las más prestigiosas instalaciones de la Organización europea para la investigación nuclear -conocida como CERN-. Su principal objetivo es la investigación de los fenómenos ocasionados por el choque de protones a una velocidad cercana a la de la luz en busca de respuestas acerca de la naturaleza -o incluso existencia- de la llamada materia oscura, de la antimateria y, por último, de los bolsones de Higgins.
Su construcción y puesta en funcionamiento fue duramente criticada en un principio por una minoritaria parte de la comunidad científica, entre ellos el español Luis Sancho y el norteamericano Walter Wagner, que denunciaron al CERN ante el tribunal de Hawai por poner en riesgo la integridad del planeta, arguyendo que el LHC crearía un agujero negro que destruiría la Tierra, con una certeza del 75%. Un año y medio después, puede decirse que se equivocaron.
Después de haber permitido a los científicos obtener importantes datos que pueden ayudar a comprender qué fenómenos pudieron desarrollarse durante el Big Bang y permanecer parado debido a los daños producidos por una serie de fallos en 2009, se ha vuelto a poner en marcha y se espera que siga funcionando hasta finales de 2011.
Bailey intervino en el simposio dedicado a los colisionadores de hadrones en Toronto (Hadron Collider Physics Symposium 2010) y habló de los planes de desarrollo hasta 2035. Los planes inmediatos ya fueron anunciados anteriormente y siguen invariables.
Hasta el fin de 2011, el Gran Colisionador de Hadrones llevará la energía de los haces hasta los 3,5 teraelectronvoltios (TeV). Después los experimentos serán interrumpidos por un año y los científicos prepararán el acelerador para energías de hasta 7 TeV.
En 2016 los trabajos serán interrumpidos nuevamente para modernizar los aceleradores preliminares y los detectores. El colisionador permanecerá inoperativo hasta 2020 después de lo cual trabajará con haces de partículas de alta intensidad.
Luego, la instalación será modernizada para que pueda funcionar hasta 2030 en régimen de alta luminosidad (cuanto mayor sea la luminosidad, mayor será la frecuencia de las colisiones entre las partículas de los haces que circulan en sentido contrario).
Por fin, hacia 2035 está previsto volver a modernizar el Gran Colisionador de Hadrones para que pueda llevar la energía de los haces hasta los 16,5 TeV.
Pero poder cumplir esos planes se necesitan suficientes recursos financieros. No hace mucho se informó que el presupuesto del Centro Europeo para la Investigación Nuclear (CERN), organismo que patrocina los experimentos, será reducido en US$ 250.000 hasta 2015. Pero también se ha comentado que ese recorte no afectará directamente al Gran Colisionador de Hadrones.
El LHC -siglas en inglés usadas para hablar del Colisionador- se encuentra en Ginebra, en la frontera entre Francia y Suiza y es una de las más prestigiosas instalaciones de la Organización europea para la investigación nuclear -conocida como CERN-. Su principal objetivo es la investigación de los fenómenos ocasionados por el choque de protones a una velocidad cercana a la de la luz en busca de respuestas acerca de la naturaleza -o incluso existencia- de la llamada materia oscura, de la antimateria y, por último, de los bolsones de Higgins.
Su construcción y puesta en funcionamiento fue duramente criticada en un principio por una minoritaria parte de la comunidad científica, entre ellos el español Luis Sancho y el norteamericano Walter Wagner, que denunciaron al CERN ante el tribunal de Hawai por poner en riesgo la integridad del planeta, arguyendo que el LHC crearía un agujero negro que destruiría la Tierra, con una certeza del 75%. Un año y medio después, puede decirse que se equivocaron.
Después de haber permitido a los científicos obtener importantes datos que pueden ayudar a comprender qué fenómenos pudieron desarrollarse durante el Big Bang y permanecer parado debido a los daños producidos por una serie de fallos en 2009, se ha vuelto a poner en marcha y se espera que siga funcionando hasta finales de 2011.
A pesar de que la energía total que puede producir es de 14 teraelectrovoltios, no se espera que en este periodo de pruebas se alcance más que 7TeV. A pesar de que no funciona a toda su capacidad, los investigadores del CENR afirman que posiblemente el boson de Higgins haya aparecido ya en uno de sus experimentos, aunque de manera demasiado tangencial como para ofrecer datos concretos.
Muchos han querido ver en la próxima parada del LHC una muestra de los fallos acumulados, sin embargo, tal y como explica Rolf Heuer, Director general del CERN, el LHC se detendrá para adaptarse a los mayores requisitos de próximos experimentos.
Muchos han querido ver en la próxima parada del LHC una muestra de los fallos acumulados, sin embargo, tal y como explica Rolf Heuer, Director general del CERN, el LHC se detendrá para adaptarse a los mayores requisitos de próximos experimentos.
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