lunes, 7 de diciembre de 2009

Cambio climático: La cumbre de los escépticos


Un centenar de expertos cuestiona en Nueva York el alarmismo ante el cambio climático y reclama que el mundo fije su atención en prioridades como la destrucción ambiental de las cosechas para producir biocombustibles. Los escepticos no niegan el cambio, pero sostienen que las emisiones de dióxido de carbono (CO2) generadas por el hombre sólo representan el 1% de las que hay en la atmósfera, por lo que su contribución es "insignificante teniendo en cuenta que anualmente el planeta regenera el 25%" del total.

Un centenar de expertos de diferentes ámbitos expusieron hoy en Nueva York su escepticismo ante la alarma generada sobre el cambio climático, que consideran exagerada e interesada, y defendieron que el calentamiento global no tiene relación directa con la acción del hombre.

El Instituto Heartland, una agrupación de las conocidas como "escépticas" ante el cambio climático, ha organizado una conferencia internacional que se prolongará hasta mañana donde se cuestionan desde las causas del fenómeno hasta su alcance y sus consecuencias.

"Miles de científicos, economistas y expertos en políticas públicas creen que el calentamiento es ante todo natural, y no generado por el ser humano, y que tiende a ser moderado", aseguró el presidente del Instituto Heartland, Joseph Bast, al presentar la conferencia, limitada a 500 asistentes, pese a que, según dijo, las peticiones les "han desbordado".

Fred Goldberg, del Royal Institute of Technology de Estocolmo, apuntó en una de las conferencias que las emisiones de dióxido de carbono (CO2) generadas por el hombre sólo representan el 1% de las que hay en la atmósfera, por lo que su contribución es "insignificante teniendo en cuenta que anualmente el planeta regenera el 25%" del total.

Recortar el CO2, un mal camino

Además, el ex asesor económico del presidente ruso Vladimir Putin, Andrei Illarionov, defendió que reclamar recortes en las emisiones de CO2, "inalienables al concepto de civilización moderna", es "particularmente discriminatorio para los países de bajos ingresos".

El director del Proyecto de Responsabilidad de Recursos Naturales de Canadá, Tom Harris, fue más allá y aseguró que la limitación de emisiones "probablemente" conllevará desempleo masivo, inflación, cortes energéticos, reducción de la calidad de vida, aumento del descontento social y mayores daños medioambientales.

Más biocombustibles es tambien contaminación

En las intervenciones de hoy se cuestionó también el beneficio medioambiental de la promoción de energías renovables y Dennis Avery, del Instituto Hudson, defendió por ejemplo que el desarrollo del biodiesel es nocivo para el medio ambiente, al tiempo que advirtió de que el precio del maíz se ha más que duplicado en tres años debido a la producción de etanol.

Para Avery "la agricultura es la mayor intrusión humana" en la naturaleza, pues supone el 70% del consumo humano de agua y ha desplazado al 41% de las especies salvajes.

La deforestación para producir biocombustibles amenaza más especies que el calentamiento global, según un experto

Para Julian Morris, catedrático de la Universidad de Buckingham, hay que plantearse si "es moralmente defendible desviar dinero, esfuerzos humanos y otros recursos de los problemas reales que existen hoy en día y de inversiones que podrían ayudar a nuestros descendientes a adaptarse al mundo cambiante".

En su ponencia, Morris defendió que, aunque el clima esté cambiando, lo que hay que combatir son "los problemas asociados a través del crecimiento económico", ya que, a su juicio, el ratio de mortalidad o enfermedad vinculado a consecuencias climáticas está directamente relacionado con el grado de desarrollo de una sociedad.

Durante la jornada de hoy también varios ponentes ironizaron sobre la imagen de los osos polares como icono de las víctimas del cambio climático, entre ellos Avery, quien aseguró que en el archipiélago Svalbard (Océano Glacial Ártico) hay restos que demuestran que esos animales sobrevivieron a grandes calentamientos hace 9.000 y 4.000 años.

En su opinión, la deforestación que causará la imposición de biocombustibles amenaza más especies que el calentamiento del que alertan las corrientes mayoritarias.

Para Iain Murray, socio del Instituto de la Empresa Cometitiva, "incluso aunque hubiera una calentamiento global y éste tuviera efectos, no sería tan importante como muchos de los problemas ya existentes, al menos hasta la década de 2080".

"Es más barato y más beneficioso en todos los aspectos solucionar los problemas actuales", según Murray, que propone eliminar las subvenciones al combustible y liberalizar los mercados eléctricos y el espacio aéreo, entre otras iniciativas.

"Esta es la primera conferencia internacional que cuestiona el alarmismo relacionado con el calentamiento global, pero no será la última, ya que pretende servir de catalizador para otras iniciativas en la misma línea", aseguró el coordinador de la conferencia y socio del Instituto Heartland, James Taylor.

En el ámbito internacional, el escepticismo ha medrado gracias, sobre todo, a bombas mediáticas como el documental El gran timo del cambio climático, dirigido por el británico Martin Durkin, y el libro El ecologista escéptico, escrito por el politólogo danés Bjørn Lomborg.

En España, la incredulidad también tiene sus popes, como el periodista Jorge Alcalde, autor del libro Las mentiras del cambio climático (editorial Libros Libres). Un puñado de estudiosos -como el director del Instituto Juan de Mariana, Gabriel Calzada, o el geógrafo Antón Uriarte- se reparte las tertulias televisivas para negar la importancia del cambio climático.

Para el oceanógrafo Carlos Duarte, del Instituto Mediterráneo de Estudios Avanzados (del CSIC y la Universidad de las Islas Baleares), las causas de estas suspicacias están claras. "Los escépticos son exhibicionistas, existen porque encuentran altavoces en los medios de comunicación", afirma. En su opinión, las apreciaciones de los escépticos son enriquecedoras, siempre que se formulen dentro de las reglas del debate científico. "La crítica tiene un papel importante en el progreso de la ciencia, y hay que asumir que ninguna teoría sobrevivirá al paso del tiempo", sostiene.

Informo: http://www.urgente24.com

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