jueves, 2 de septiembre de 2010

Último: Stephen Hawking niega la existencia de Dios para el inicio del Universo

El científico británico Stephen Hawking afirma en un nuevo libro que la física moderna excluye la posibilidad de que Dios crease el universo. Del mismo modo que el darwinismo eliminó la necesidad de un creador en el campo de la biología, el conocido astrofísico afirma en su obra, de próxima publicación, que las nuevas teorías científicas hacen redundante el papel de un creador del universo. El Big Bang, la gran explosión en el origen del mundo, fue consecuencia inevitable de las leyes de la física, argumenta Hawking en su libro, del que hoy adelanta algunos extractos el diario The Times. Hawking renuncia así a sus opiniones anteriores expresadas en su obra 'Una Breve Historia del Tiempo', en la que sugería que No había incompatibilidad entre la existencia de un Dios creador y la comprensión científica del universo. "Si llegamos a descubrir una teoría completa, sería el triunfo definitivo de la razón humana porque entonces conoceríamos la mente de Dios", escribió en aquel libro, publicado en 1988 y rápidamente convertido en un éxito de ventas.
Link: www.thetimes.co.uk
informo: http://historiasextraterrestres.blogspot.com/

1 comentario:

Casimiro Vargas Mora dijo...

Con todo el respeto para el señor Hawking, sé que sus ideas están cimentadas en la lógica y el conocimiento humano y son bastante razonables desde el punto de vista del estado del conocimiento humano a hoy; sin embargo, me parece que es como una pequeña termina en una pieza de madera de un gran buque tanquero petrolero. Nació, creció y toda su vida ha vivido en ese buque, no conoce nada más que el buque y la termina analiza y ve que existen reglas y principios que mantienen el buque funcionando, pero no sabe quién mantiene esas reglas y principios. Cómo él dice, la gravedad en si misma es capaz de crear el universo por sí mismo; bien, pero quien creó y mantiene la gravedad funcionando? Es evidente que si la gravedad es la que forma el universo, entonces la gravedad es exterior al Universo y, y si la gravedad es algo exterior, es porque existe un mundo fuera de lo que ponemos concebir y entender que es totalmente exterior al Universo. Y sino podemos conocer y comprender ese mundo exterior, entonces como podemos hacer juicios como los que hace el Sr. Hawkings?

Advierto que no estoy comparando al Sr. Hawkings con una termina para menospreciarlo o insultarlo. Soy respetuoso de él y sus ideas. Es sólo para poder explicar la idea que hago esta comparación.

Para la termita del ejemplo, el buque es todo lo que existe (en este caso el Universo para el Sr. Hawkings), pero no sabe que el Universo que él puede concebir y ver es apenas una pequeña parte de todo lo que existe. Hay una creación invisible mucho más grande y de la cual apenas si se nos revelan algunos pequeños detalles en la palabra de Dios. Así que resulta absurdo que la termina haga un juicio de toda la creación con sólo un poco de conocimiento que tiene del buque en que se encuentra. Sobre todo porque el buque sería parte de una creación visible y lo que existe fuera de ella, es una creación invisible que, precisamente por ser invisible, se rige por principios y leyes totalmente diferentes y que no se pueden deducir de los principios y reglas de la creación visible. (Visible e invisible se refieren en este caso, como creo que lo hace la Biblia, a creaciones de diferentes naturaleza o esencia, no simplemente a si son visibles al ojo humano o no).

Dios sigue en su trono a pesar de lo que como niños jugando con los primeros conocimientos que nos llegan, terminamos en conclusiones equivocadas. (Igual que lo que pasa con los niños que se creen ya mayores y toman decisiones y creencias que se creen ya capacitados para tomar).

Tal y como el mundo existe aunque la termita crea que el buque es todo lo que existe y que las reglas que mantienen el buque unido son parte de la misma creación del buque, de igual manera Dios gobierna sobre una creación muy superior de la cual lo que conocemos apenas es una pequeñísima parte.